La semana pasada tuve una semana la mar de clásica... y no por que tuviese siete días, ni por que haya decidido que voy a volver a empezar la semana los domingos, no... después de un montón de tiempo sin ir a uno, me zampé dos sesiones de música clásica.
La primera fue el martes. Ramón me llamó para decirme que un conocido suyo había ganado uno de los premios del concurso "entre cuerdas y metales" y que ese día era el concierto de los ganadores como solistas. Por lo visto eso es parte del premio, el tocar como solista con el acompañamiento de la Orquesta de Cámara de Cartagena. Tocaron los ganadores de cuerda (un chelo y un contrabajo), el ganador de viento, el de guitarra y la de piano. Para ser un concierto de gente que hacían en teoría su primer solista no estuvo mal. Me gusto especialmente la muchacha del chelo y me dio un poco de pena el muchacho de la guitarra; lo que se le oyó sonó muy bien, pero no llevaba en micrófono bien puesto y había momentos en los que la orquesta se lo comía y no se le oía. Una pena.
El comentario del concierto fue no musical... comentando sobre una persona con Ramón: "mira, esa tiene tobillos de catequista solterona". Sí, somos mala gente.
Entretenido.
La segunda sesión fue el domingo. Sam (un amigo mío que es músico) me había comentado que tocaba por la tarde en el Auditorio Villegas. El concierto constaba de dos partes, la primera un concierto de música clásica y la segunda un recital de Zarzuela (en principio)... así que convencí a la Lore mientras tapeábamos a medio día y me la llevé para Murcia capital.
El concierto de música nos gustó mucho, incluyendo una versión del Concierto de Aranjuez con metales que sale en una peli llamada "Tocando el viento" (he de confesar que no sé que instrumento era exactamente el que tocaba el solista) que nos encantó.
No sería yo si no dijese aquí lo guapo que sale Ewan McGregor... como siempre.
La parte vocal fue un poco extraña, por que zarzuela, zarzuela, lo que se dice zarzuela, hubo tres piezas nada más, pero hubo sitio para la revista (qué grande por la calle de Alcalá, ya sabéis que soy muy revistero), ópera, temas de Nino Bravo y para finalizar, como no, el Canto a Murcia de "La Parranda"; eso, en Murcia, va de serie.
También habíamos estado hablando previamente con Sam para felicitarle por lo bien que había estado el concierto (y sin decirle lo profesional que me había parecido, que no hay que decir tantas cosas buenas que la gente se lo cree después). Tras esto, nos fuimos la Lore y yo de nuevo de tapas.
En cualquier caso, la reflexión que me queda del día fue lo que le comenté a la Lore durante el concierto. Murcia es la séptima ciudad de España con más de cuatrocientos mil habitantes, más de un millón en la provincia. Con estos mimbres y un precio de tres euros por entrada no se llenó ni la mitad del patio de butacas (el total de los tres pisos son 1700 butacas, estima pues menos de 1000). Al final, el pecado de España no está en haber dilapidado el dinero, eso es sólo un síntoma más... el pecado es el desprecio de la cultura, paralelo al que sufre la tan citada estos días, investigación y, en definitiva, el desprestigio de la excelencia, del esfuerzo y del sacrificio. De todo lo que no reporta un beneficio inmediato.
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