"Ponte cera en los oídos y no te acerques mucho al agua, que allí todo tiene más peligro que una visita de Jessica Fletcher"
Este fue el mensaje que mi hermano el friki (el mediano) me mandó cuando le dije que estaba a punto de llegar a Elsinor (Helsingor), la ciudad donde se encuentra el Castillo de Kronborg, en el que Shakespeare sitúa la historia de Hamlet.
Parece ser que el castillo era tan impresionante (lo es), que unos viajeros ingleses de la época llevaron noticias a la Isla del impresionante castillo que habían construído los monarcas daneses para controla el Estrecho del Oresund y la historia llegó así a oídos de Shakespeare.
Así que me levanté un poquitín tarde el martes y llegué ya casi a la una a Helsingor. Tras salir de la estación y tirar hacia el centro, lo primero que se encuentra uno es el ayuntamiento, el clásico edificio de esta zona de la época, hecho en ladrillo y simulando un castillo como este de los pitufos que nos regalaban cuando éramos pequeños.
El pueblo está plagado de calles pintorescas que vale la pena recorrer. Mi primera decisión fue que como no me daba tiempo a ver el castillo antes de comer, y que no podía comer muy tarde, porque si no, tampoco me quedaba tiempo para ver el castillo, iba a echar un vistazo rápido a la Catedral de San Olai (supongo que Olaf... me estuve acordando mucho de Ros Nyland). Anteriormente Iglesia, ya que parece ser que Zelanda (la isla donde está Copenhague) era una sóla diócesis hasta hace poco con sede en Roskilde.
Interior de la Catedral de San Olai... me sigue pareciendo raro ver un edificio gótico de ladrillo pintado de blanco.
Es curioso ver una Catedral Gótica hecha de ladrillo y pintada de blanco donde se nota manifiestamente que se hizo como católica y que tras la reforma ha quedado algo rara.
Tras esto, me dirigí a comer al restaurante que recomendaba la Guía Lonely Planet "Radman David Hus", donde comí la mar de bien (y barato, barato... estoy empezando a pensar que el país no es caro, que es Copenhague la que es cara). Aquí uno de los platos típicos son lo que en españa llamamos "tostas", es decir una rebanada de pan con comida encima. Me pusieron cuatro de los más típicos, a saber una de cerdo ahumado con remolacha, una de paté de salmón y dos con distintos tipos de queso... vamos, que me puse como un gorrino. Tras esto, estaba indudablemente de mejor humor para visitar el Castillo de Kronborg.
La ciudad de Helsingor se encuentra en el punto donde el estrecho del Oresund se hace más angosto, como dije en la entrada anterior (creo)- Este estrecho es el que separa Zelanda (la isla de Dinamarca donde se encuentra Copenhague) y Suecia. En la época en la que se edificó el Castillo, las regiones del sur de Suecia (Escania, Halland y Blekinge) pertenecían a Dinamarca, que tenía, por tanto el control a ambos lados del Estrecho. El rey Erick de Pomerania, decidió gravar con un impuesto a todos los barcos que transitasen por el estrecho y para asegurarse su pago, puso un castillo en este punto para poder cañonear a aquellos que no quisiesen pagar. La gran ampliación la hizo Federico II y tras un incendio, su reconstrucció corrió a cargo, como no, de Cristián IV (este rey se merece él solo una entrada).
Fachada este del Castillo de Kronenborg.
Cañones apuntando al Oresund... Suecia al fondo.
Montan cada dos por tres representaciones de Hamlet... que digo yo que tan poco repertorio debe aburrir al público, ¿no?.
El castillo, aunque ha ardido (como todo en este país), conserva la estructura original externa renacentista. Se puede ver el salón de baile, en su momento el más grande del norte de Europa o la habitación desde donde el rey Federico II, se sentaba a ver como los barcos pagaban el impuesto (parece ser que les gustaba mucho el dinero).
Mercurio, dios del comercio... al otro lado está neptuno... en Dinamarca (y sobre todo en Copenhague), todo son Neptunos y Mercurios. Se nota claramente que es un edificio renacentista, con estos dioses raros...
El salón de baile... parece ser que la decoración antes del incendio era más alegre.
Aquí se sentaba el rey a ver como pagaban los barcos.
Actas de los últimos barcos que pagaron las "Sundtolden", el impuesto del Oresund.
En las catacumbas del castillo se encuentra la estatua de Holger Danske (Holger el Danés), un héroe mitológico danés que se supone que volverá el día en que Dinamarca esté en peligro para rescatarla de sus enemigos (el día que entre en el euro).
Tras esto, me quedaba un breve paso para ver la Iglesia de Santa María y el convento carmelita anejo (estaban ya cerrados, así que los tuve que ver de fuera). Una pena por que parece ser que valía la pena verlo, pero bueno, es lo que hay.
Tras esto me volví a Copenhaguen y ese día no salí, sino que hice la entrada anterior, que incluso yo necesito descansar.
Además, al día siguiente me esperaba Roskilde y un amigo de esos del Facebook que uno nunca sabe de donde han salido.
4 comentarios:
Zelanda es el trozo de tierra que Gefiun le quitó al rey Gylfi arando una noche con sus cuatro hijos-bueyes...
Me duele ser pobre y no tener tiempo.
Gracias por tus indicaciones! hemos ido a elsinotr siguiendo tus pasos y hemos comido en el mismo restaurante, con un día de diferencia :D
Ya me he leído la historia, gracias Gefiun... he hecho fotos de una estatua en la que sale arando la tierra, ya te las pasaré ;).
En cuanto le vea le doy un abrazo del oso, no se me ponga así, Sr_Skyzos.
Pccambra, me alegra que os haya servido. No pierdas ocasión de ir también a Roskilde, vale la pena mucho.
Publicar un comentario