Camelot

Hoy he tenido un día de esos en los que uno se siente estúpidamente feliz... uno de esos días en los que ya puedes trabajar como una bestia, puede tu jefe tocarte las narices, puedes olvidarte la cartera por ahí o tener que aguantar a alguien más pesado que una vaca en brazos... da igual que el mundo conspire en tu contra para intentar hacerte un desgraciado... tu sigues siendo la persona más feliz del mundo.

Precisamente le estaba comentando eso a Aun'Shi esta mañana, por que el otro día estuvimos hablando sobre tomarse la vida con filosofía ya que me había sucedido algo y tenía esa extraña sensación de "no estoy cabreado, pero sé que me voy a terminar cabreando". La cuestión es que hemos terminado hablando de un libro de filosofía del que él me recomendó este verano (lo que pasa es que no lo leí en su momento y ahora no recordamos el título ninguno de los dos) en el que el autor iba exponiendo la construcción filosófica de autores, pero relacionándola con cómo habían muerto... algo así como explicar la forma en que su manera de pensar influyó en su vida... de ahí pasamos a que al final hay que saber aprovechar los momentos de felicidad que te da la vida; que el esfuerzo y el sacrificio son necesarios muchas veces, pero como un medio, no deben ser un fin en sí mismos...

Hablando sobre que no vale la pena enfadarse, sentir rencor y cosas así, ha dicho una frase que era algo así como que al final, aunque no lo parezca, lo único que te quedan son los buenos sentimientos y no he podido dejar de asociar esa frase con una de mis películas favoritas: el musical Camelot.

Camelot es un musical de 1967 de TRES HORAS DE DURACIÓN (lo que hace que sea yo la única persona que conozco que lo ha visto y no se ha aburrido) basado en el ciclo artúrico. En él, vemos a Arturo que está a punto de iniciar el asedio al castillo de su amigo Lancelot, tras esta escena, empieza el largo flashback que es la película. En él vemos como el rey instaura la orden de la Mesa Redonda basada en sus ideales de justicia que llevan a su pueblo a una época dorada para ver después como se derrumba progresivamente ese sueño; cuando acaba el flashback, volvemos al asedio al castillo de Lancelot (LO QUE VIENE AHORA NO ES EXACTAMENTE UN SPOILER PERO AVISO POR SI ACASO) con Arturo desolado por la pérdida de su sueño. Entonces aparece un crío que viene desde lejos por que quiere hacerse caballero de la Mesa Redonda por los ideales que defendía la institución. En ese momento, Arturo se da cuenta de que aunque se ha destruido todo por lo que luchó, seguirá el recuerdo de esa época dorada y de esos ideales y arma al niño caballero para que se encargue de que nunca se olvide la gente de Camelot.

La canción que acompaña esta escena es la siguiente:



ARTHUR

Each evening, from December to December,
Before you drift to sleep upon your cot,
Think back on all the tales that you remember
Of Camelot.
Ask every person if he's heard the story,
And tell it strong and clear if he has not,
That once there was a fleeting wisp of glory
Called Camelot.
Camelot! Camelot!
Now say it out with pride and joy!

TOM:

Camelot! Camelot!

ARTHUR:

Yes, Camelot, my boy!
Where once it never rained till after sundown,
By eight a.m. the morning fog had flown...
Don't let it be forgot
That once there was a spot,
For one brief shining moment, that was known
As Camelot.

ARTURO:

Cada tarde, de diciembre a diciembre,
Antes de que te vayas a dormir a tu camita,
Piensa en todas las historias que recuerdes
De Camelot.
Pregúntale a todo el mundo si ha oído la historia,
Y cuéntasela alto y claro si es que no,
Que hubo una vez un efímero momento de gloria
Llamado Camelot.
¡Camelot! ¡Camelot!
¡ Ahora grítalo con orgullo y dicha !

TOM:

¡Camelot! ¡Camelot!

ARTURO:

¡ Sí, Camelot, muchacho !
Un lugar donde nunca llovía antes del atardecer,
A las ocho de la mañana la bruma se había disipado...
No dejes que se olvide
Que hubo una vez un lugar,
Que duró un instante fulgurante, que era conocido
Como Camelot.