Imaginaos una operación. A un paciente le van a operar de un pequeño recrecimiento en el paladar: le anestesian, el cirujano empieza la intervención y cuando está quemando la zona, el enfermo se pone a agitar las manos y a decir todo lo claro que se puede decir con un bisturí eléctrico en la boca "gooooooeaíiiiiiiiiii". Se me queda mirando el cirujano, saca el bisturí y me dice - ¿qué pasa? - "no es ahí". El médico, que estaba al lado, se acerca, me abre la boca, mete un dedo y dice señalando, "tiene razón, no es ahí, es aquí".
El médico y el cirujano... en rojo, el bisturí eléctrico
Resultado, una herida mucho más grande que ya parece hoy que ha cerrado después de casi dos semanas... mis historias, ya sabéis.
3 comentarios:
Qué sería de este bonito país sin esas entrañables negligencias... :-(
Pues tenía usted la postura justa pa haberle dao una patada en sus partes...No sé como se corto...En fin...Que sea cortico!!
ayyyy, qué feo... una pesadilla!! por suerte hay pacientes con paciencia.
beso,
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