Aunque paezca mentira, he sido capaz de llegar hasta Soria para una boda. Y decía el Machado que vivio aquí que no hay camino... joe, pues si lo hubiese, es que no llego entero.
Un amigo y yo teníamos un pique por ver quien poseía primero una central nuclear... creo que he ganado... Excelente.
Nuclear

sábado, 29 de agosto de 2009
miércoles, 26 de agosto de 2009
Soy un débil
El otro día puso en el feisbuc un colega mío este anuncio... y qué queréis que os diga... es que los anuncios de Coca Cola me pueden... este me lo he visto unas cuantas veces desde el otro día (más el mogollón que lo en vi en su momento en la tele) y he de confesar que todas he terminado con una cara de tonto de estas que tan ganas de pegarte un pescozón.
Es una pena esto de que el amor no exista... pero vamos, que casi mejor, por que si existiese, sería una mierda.
Es una pena esto de que el amor no exista... pero vamos, que casi mejor, por que si existiese, sería una mierda.
domingo, 23 de agosto de 2009
Esto me pasa por no estar en el bar...
... con una cerveza delante y ponerme a leer.
¡Joder, que susto!... creo que sí que voy a tener que bajar a tomarme una.
¡Joder, que susto!... creo que sí que voy a tener que bajar a tomarme una.
martes, 18 de agosto de 2009
Ya ves.
Al final, como tengo un hueco escribo algo.
La semana pasada me pasó algo la mar de curioso... habían cambiado la cerradura de la calle en mi edificio y tenía que sacar copias para todos los manojos de llaves que tengo distribuidos por Cartagena (que es que tengo tendencia a irmelos olvidando por ahí)... bueno, pues lo dicho, que iba a sacar las copias.
Me encaminé feliz y dichoso a sacar mis copias y, cuando llego a la tienda, me encuentron que el pavo que saca las copias está, como diría yo, mu' sanico... así, de los que me gustan a mi, casi fibrado, delgaíto, poquita cosa... obviamente, uno que es un cerdo, se puso a pensar cosas feas... y aquí viene el problema.
Justo en el momento en que me pongo a mirarle el culo (muy bien puesto, todo sea dicho), se acerca a sacar las copias... y hago un cambio de registro brutal y empiezo a pensar... "pero va a hacer eso sin guantes", "pero si puede lesionarse así", "andá, y esa máquina tiene proyecciones y no usa ni pantalla facial ni na", "anda, anda, anda, no me jodas que va a meter las manos ahí", "si ahí saltan chispas, ¿no va a poner nada para que no caigan al suelo?"....
Total, que me marché dándole vueltas a estas cosas en la cabeza... hasta que paré a pensar y me pregunté que qué coño hacía rallándome con esas cosas... se admiten apuestas:
- Paso mucho tiempo en el trabajo.
- En el máster de seguridad me inocularon un chip que no me deja pensar en otra cosa.
- Tengo tan poca capacidad de concentración que no soy capaz de concentrarme ni en el sexo... anda, mira, una mosca.
Estoy por volver y decirle que las llaves no van, que si me quiere acompañar a probarlas...
La semana pasada me pasó algo la mar de curioso... habían cambiado la cerradura de la calle en mi edificio y tenía que sacar copias para todos los manojos de llaves que tengo distribuidos por Cartagena (que es que tengo tendencia a irmelos olvidando por ahí)... bueno, pues lo dicho, que iba a sacar las copias.
Me encaminé feliz y dichoso a sacar mis copias y, cuando llego a la tienda, me encuentron que el pavo que saca las copias está, como diría yo, mu' sanico... así, de los que me gustan a mi, casi fibrado, delgaíto, poquita cosa... obviamente, uno que es un cerdo, se puso a pensar cosas feas... y aquí viene el problema.
Justo en el momento en que me pongo a mirarle el culo (muy bien puesto, todo sea dicho), se acerca a sacar las copias... y hago un cambio de registro brutal y empiezo a pensar... "pero va a hacer eso sin guantes", "pero si puede lesionarse así", "andá, y esa máquina tiene proyecciones y no usa ni pantalla facial ni na", "anda, anda, anda, no me jodas que va a meter las manos ahí", "si ahí saltan chispas, ¿no va a poner nada para que no caigan al suelo?"....
Total, que me marché dándole vueltas a estas cosas en la cabeza... hasta que paré a pensar y me pregunté que qué coño hacía rallándome con esas cosas... se admiten apuestas:
- Paso mucho tiempo en el trabajo.
- En el máster de seguridad me inocularon un chip que no me deja pensar en otra cosa.
- Tengo tan poca capacidad de concentración que no soy capaz de concentrarme ni en el sexo... anda, mira, una mosca.
Estoy por volver y decirle que las llaves no van, que si me quiere acompañar a probarlas...
domingo, 16 de agosto de 2009
lunes, 10 de agosto de 2009
U, d, b, t, c y s son quarks, no letras
Darle a un científico un lápiz es algo peligroso, es como dejar hablar a un ingeniero o permitr que un abogado se meta en poítica. En estos casos lo mejor que se puede hacer es salir huyendo o, en su defecto, rezar y rezar. Uno nunca sabe lo que puede salir de ahí.
A Paolo Giordano, doctorando en Física Teórica alguién le dio uno y éste en vez de ponerse a garabatera fórmulas empezó a escribir una historia; una historia que tiene toda la pinta de buscar ahuyentar fantasmas personales; una historia que decidió publicar en su Italia natal; una historia que ganó, ¡siendo una ópera prima!, el más importante premio literario en legua italiana; una historia, en definitiva, que quiero recomendaros hoy.
La novela se llama "La Soledad de los Números Primos".

Los números primos, para los que no lo recuerden, son aquellos que sólo son divisibles entre ellos mismos y entre la unidad (el uno, vamos): el dos, el tres, el cinco, el siete, el once, el trece... los dos únicos números primos consecutivos son el dos y el tres; fuera de estos dos primos, lo más cerca que pueden estar dos primos es a un número de distancia: el 17 y el 19, por ejemplo. Estos números que siempre tienen un número par que los separa se denominan números primos gemelos.
Para el autor, los dos protagonistas de la historia son "dos números primos gemelos" y así dice incluso Mattia, uno de los protagonistas de la obra. Él y Alice son como dos números "...primos gemelos solos y perdidos, próximos, pero nunca juntos...".
Y ahora diréis, gracias por la clase, pero el libro de qué va... de eso, de "...próximos, pero nunca juntos...", trata de la soledad.
En una primera aproximación puede parecer que trata de la soledad de Mattia y de Alice, pero la soledad empapa la historia y alcanza a todos los personajes. Recuerdo que de pequeño le pregunté a mi herman el mediano que leía "Los Miserables" que de qué iba el libro y me dijo que de miserables... este libro se podría haber llamado perfectamente "Los solitarios". Están solos Mattia y Alice, cierto, pero también lo está Soledad y los señores Balossino y della Rocca, y Viola y Fabio, Denis y Crozza y Michela...
Hay personajes que están solos y quieren estar solos, personajes que están sólos y no quieren estarlo y personajes que quieren estar solos y no lo logran... pero de ninguno se puede decir que no esté solo y que no lo desee.
Ya sé que queda poco serio esto después de una crítica literaria, pero es que el autor es para verlo.


Y encima físico, tiene que ser friki que no veas... yo quiero uno así.
A Paolo Giordano, doctorando en Física Teórica alguién le dio uno y éste en vez de ponerse a garabatera fórmulas empezó a escribir una historia; una historia que tiene toda la pinta de buscar ahuyentar fantasmas personales; una historia que decidió publicar en su Italia natal; una historia que ganó, ¡siendo una ópera prima!, el más importante premio literario en legua italiana; una historia, en definitiva, que quiero recomendaros hoy.
La novela se llama "La Soledad de los Números Primos".

Los números primos, para los que no lo recuerden, son aquellos que sólo son divisibles entre ellos mismos y entre la unidad (el uno, vamos): el dos, el tres, el cinco, el siete, el once, el trece... los dos únicos números primos consecutivos son el dos y el tres; fuera de estos dos primos, lo más cerca que pueden estar dos primos es a un número de distancia: el 17 y el 19, por ejemplo. Estos números que siempre tienen un número par que los separa se denominan números primos gemelos.
Para el autor, los dos protagonistas de la historia son "dos números primos gemelos" y así dice incluso Mattia, uno de los protagonistas de la obra. Él y Alice son como dos números "...primos gemelos solos y perdidos, próximos, pero nunca juntos...".
Y ahora diréis, gracias por la clase, pero el libro de qué va... de eso, de "...próximos, pero nunca juntos...", trata de la soledad.
En una primera aproximación puede parecer que trata de la soledad de Mattia y de Alice, pero la soledad empapa la historia y alcanza a todos los personajes. Recuerdo que de pequeño le pregunté a mi herman el mediano que leía "Los Miserables" que de qué iba el libro y me dijo que de miserables... este libro se podría haber llamado perfectamente "Los solitarios". Están solos Mattia y Alice, cierto, pero también lo está Soledad y los señores Balossino y della Rocca, y Viola y Fabio, Denis y Crozza y Michela...
Hay personajes que están solos y quieren estar solos, personajes que están sólos y no quieren estarlo y personajes que quieren estar solos y no lo logran... pero de ninguno se puede decir que no esté solo y que no lo desee.
"Ocurría en las películas y ocurría en la vida real, todos los días. La gente no perdía el tiempo, se aferraba a unas pocas casualidades y fundaba sobre ellas su existencia"
"Las decisiones se toman en unos segundo y se pagan el resto de la vida".
"Las decisiones se toman en unos segundo y se pagan el resto de la vida".
--- --- --- O --- --- ---
Ya sé que queda poco serio esto después de una crítica literaria, pero es que el autor es para verlo.


Y encima físico, tiene que ser friki que no veas... yo quiero uno así.
Isótopos:
Frank Grimes lo dijo,
La opinión de Lisa
sábado, 8 de agosto de 2009
No hay mal que cien años dure...
Como muchos habréis supuesto por mi última entrada exprés, estos últimos quince días he estado haciendo el gilipollas con un tío (para variar, vamos), con el agravante de que el pavo es amigo de unos amigos (que fueron los que me lo presentaron).
Pero vamos, eso no es nada, comparado con el resto de cosas que me han pasado en los últimos quince días y que me han llevado a plantearme el limitarme durante la próxima semana a ir de la casa al curro al curro y del curro a la casa...
Todo empezó inocentemente hace tres semanas, no recuerdo el día, en que me acosté y mientras intentaba dormir se me metió en mi cabeza que estaba escuchando a una cucaracha por la habitación... sí, ya sé que a una cucaracha uno no la oye, por eso pasé... la cuestión es que a eso de las tres (serían las tres, bueno, una hora de esas) de la mañana, me levanté para ir al servicio, y a la vuelta, vi que había una cucaracha XXL, no, mejor XXXL en la pared... no sé si he comentado ya alguna vez mi miedo cerval a las cucarachas, pero la cuestión es que fuí a por el insecticida y rocié a la susodicha... y la muy zor** no tuvo otra cosa que salir volando hacia mí.. yo salí huyendo con la mala suerte de pegarme un golpe y terminar con el dedo gordo del pie derecho doblado y la uña del del izquierdo rota.
Ese fin de semana empieza la semana de estupidez por el pavo este.
La cosa va mejorando, el miércoles de la semana pasada me levanto con una tortícolis que te cagas... visita al médico, antiinflamatorios, relajantes musculares... vamos, la fiesta padre...
La cosa mejora, el fin de semana como algo que me sienta mal y me tiro tres días abrazado al señor Roca.
El miércoles de esta semana ya, enciendo una vela de estas de té para evaporar esencias en la habitación, con tan mala pata que derramo algo de la esencia encima del mueble... después de encender la vela, dejo el mechero, con la parte metáica superior CALIENTE encima de la mancha de esencia. Me siento al ordenador y desde él veo como de reprente prende esa mancha... aclaro que el mueble es de madera y está forrado de libros... menos mal que no me pilló en la cocina, en el baño o durmiendo...
El jueves, me levanto jodido, jodido del cuello (los días previos parecía que había una notable mejoría), total, que en vez de irme directamente al curro, me paso por urgencias, donde después de aclararle al médico que ni de coña me voy a cambiar a calmantes y antinflamatorios inyectables, me amplía el tratamiento.
El jueves además, no pude ir a jugar al fútbol, a pesar de que el partido lo había preparado yo... lo peor es que empieza a haber problemas y no para de llamarme la gente, me quedo sin siesta, lo que teniendo en cuenta que no había podido casi dormir de noche por el dolor del cuello, me jode bastante. Para colmo hay gente que no se entera y piensa que como no voy yo no hay partido, falta gente y, por consiguiente, algunos de los que sí van se cabrean conmigo porque no han ido catorce.
¿Qué se me ocurre entonces hacer para relajarme? Teniendo en cuenta una lesión muscular en el cuello - espalda, no se me ocurre quedarme viendo la tele, jugar al ordenador, leer... ni tan siquiera adentrarme en el peligroso y arriesgado mundo de los sudokus, no, se me ocurre coger el guarrito (taladro) y ponerme a colgar cuadros, que es que hay que ser gilipollas.
Lo dicho, que me pongo manos a la obra y no me doy cuenta al acoplar el asa de la mano izquierda que no hago tope con el final y que queda enganchado solidariamente con la parte que gira... eso lo habría visto si hubiese probado el guarrito antes de taladrar, como se hace normalmente, pero no, me puse a taladrar directamente... resultado: broca volando y cayendo, gracias a Dios en el suelo; guarrito roto; pulgar e índice inflamados en la mano izquierda, éste último, con un moratón que no veas; pulgar de la mado derecha sangrando; ampolla en la base del anular de la mano derecha y desconchón en la pared...
Después de esto, decido quedarme sentado toda la tarde... cuando me voy a levantar a hacerme la cena, me engancho la uña que me había roto el día de la cucaracha con los faldones de la mesa-camilla y me la levanto.
Es para estar preocupado, ¿verdad?.
Pero vamos, eso no es nada, comparado con el resto de cosas que me han pasado en los últimos quince días y que me han llevado a plantearme el limitarme durante la próxima semana a ir de la casa al curro al curro y del curro a la casa...
Todo empezó inocentemente hace tres semanas, no recuerdo el día, en que me acosté y mientras intentaba dormir se me metió en mi cabeza que estaba escuchando a una cucaracha por la habitación... sí, ya sé que a una cucaracha uno no la oye, por eso pasé... la cuestión es que a eso de las tres (serían las tres, bueno, una hora de esas) de la mañana, me levanté para ir al servicio, y a la vuelta, vi que había una cucaracha XXL, no, mejor XXXL en la pared... no sé si he comentado ya alguna vez mi miedo cerval a las cucarachas, pero la cuestión es que fuí a por el insecticida y rocié a la susodicha... y la muy zor** no tuvo otra cosa que salir volando hacia mí.. yo salí huyendo con la mala suerte de pegarme un golpe y terminar con el dedo gordo del pie derecho doblado y la uña del del izquierdo rota.
Ese fin de semana empieza la semana de estupidez por el pavo este.
La cosa va mejorando, el miércoles de la semana pasada me levanto con una tortícolis que te cagas... visita al médico, antiinflamatorios, relajantes musculares... vamos, la fiesta padre...
La cosa mejora, el fin de semana como algo que me sienta mal y me tiro tres días abrazado al señor Roca.
El miércoles de esta semana ya, enciendo una vela de estas de té para evaporar esencias en la habitación, con tan mala pata que derramo algo de la esencia encima del mueble... después de encender la vela, dejo el mechero, con la parte metáica superior CALIENTE encima de la mancha de esencia. Me siento al ordenador y desde él veo como de reprente prende esa mancha... aclaro que el mueble es de madera y está forrado de libros... menos mal que no me pilló en la cocina, en el baño o durmiendo...
El jueves, me levanto jodido, jodido del cuello (los días previos parecía que había una notable mejoría), total, que en vez de irme directamente al curro, me paso por urgencias, donde después de aclararle al médico que ni de coña me voy a cambiar a calmantes y antinflamatorios inyectables, me amplía el tratamiento.
El jueves además, no pude ir a jugar al fútbol, a pesar de que el partido lo había preparado yo... lo peor es que empieza a haber problemas y no para de llamarme la gente, me quedo sin siesta, lo que teniendo en cuenta que no había podido casi dormir de noche por el dolor del cuello, me jode bastante. Para colmo hay gente que no se entera y piensa que como no voy yo no hay partido, falta gente y, por consiguiente, algunos de los que sí van se cabrean conmigo porque no han ido catorce.
¿Qué se me ocurre entonces hacer para relajarme? Teniendo en cuenta una lesión muscular en el cuello - espalda, no se me ocurre quedarme viendo la tele, jugar al ordenador, leer... ni tan siquiera adentrarme en el peligroso y arriesgado mundo de los sudokus, no, se me ocurre coger el guarrito (taladro) y ponerme a colgar cuadros, que es que hay que ser gilipollas.
Lo dicho, que me pongo manos a la obra y no me doy cuenta al acoplar el asa de la mano izquierda que no hago tope con el final y que queda enganchado solidariamente con la parte que gira... eso lo habría visto si hubiese probado el guarrito antes de taladrar, como se hace normalmente, pero no, me puse a taladrar directamente... resultado: broca volando y cayendo, gracias a Dios en el suelo; guarrito roto; pulgar e índice inflamados en la mano izquierda, éste último, con un moratón que no veas; pulgar de la mado derecha sangrando; ampolla en la base del anular de la mano derecha y desconchón en la pared...
Después de esto, decido quedarme sentado toda la tarde... cuando me voy a levantar a hacerme la cena, me engancho la uña que me había roto el día de la cucaracha con los faldones de la mesa-camilla y me la levanto.
Es para estar preocupado, ¿verdad?.
jueves, 6 de agosto de 2009
domingo, 2 de agosto de 2009
2009 an Earth Odissey // 2009 una odisea de la Tierra
Esta semana, Aun'Shi ha estado tarareando en el curro constantemente esta canción:
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