¿Llegó el otoño?

Y no me refiero a España, que el verano ha hecho como la crisis y ha sentado sus reales posaderas en el patrio solar (así en singular, que con tanta edificación sólo hemos dejado uno). Me refiero a nuestros vecinos del Magreb y el Maxreb que después de su primavera (aunque vamos, llamarlo primavera con un guerra civil de por medio...) han empezado este fin de semana a elegir representantes para elaborar las contituciones que regiran sus estados a corto plazo... espectativas... dudosas.

A ver si al final va a haber sido flor de un día

Túnez, era el país con mayor grado de bienestar de la zona a pesar de ser el país con menos recursos de África, la población está muy occidentalizada, pero a pesar de eso ha ganado las elecciones un partido islamista moderado... lo positivo es que tras la victoria (que por el sistema de reparto establecido recorta la contundencia de la victoria) tendrá que pactar con las fuerzas laicas la constitución... también han defendido que respetarán la separación entre el culto y el estado.

Egipto, el país que debería estar llamado a ser la gran potencia árabe (en oposición a las otras dos potencias islámicas no árabes, Turquía y Persia), presenta un caso poco claro... tras la dimisión de Mubarak, la minoría copta (la comunidad cristiana más importante de los países árabes, un 10% de la población, 8 millones de personas, parece estar más desprotegida aún de lo que estaba anteriormente, que no era poco. Habrá que ver como se desarrolla la situación en Túnez, si al ejercito egipcio no le gusta la cosa, no sería de extrañar que se volviese a un sistema similar al del anterior gobierno.

Libia es el país que parece más claro... el gobierno provisional ha proclamado la vigencia de la ley islámica y que se declará nula cualquier ley que la contradiga... pinta muy mal la cosa. Es una pena, por que seguramente si la revuelta contra Gadafi se hubiese producido con un Egipto fuerte, seguramente, hubiese invadido Egipto Libia con la aprobación de la comunidad internacional (menos Turquía, que tiene intereses en conventirse en la potencia d ela zona)y la guerra hubiese sido más breve... además, Egipto, al menos tal y como lo conocíamos, no hubiese permitido un estado islámico en sus fronteras.

Siria es un país donde las protestas no tienen mucho futuro (aunque a pesar del apagó informativo, parece que siguen creciendo), sencillamente por que nadie se va a atrever a mover un dedo contra el gobierno. aliado de Irán, con un Egipto débil y una Turquía, más interesada en aumentar su ascendencia en el norte de África (y que necesitaría el consentimiento de Siria para una eventual invasión del kurdistán iraquí), Al Assad no tiene mucho por qué preocuparse por el momento.

Una protesta que me encontré en julio en Madrid contra la represión siria

En Yemen parecía que el gobierno había caído, pero regresó el presidente... en un estado que el gobierno ya no controlaba efectivamete desde hace años, parece ser que la actitud es aguantar hasta que se cansen de protestar... lo cierto es que es la situación más dudosa. El único país que podría estar interesado en intervenir sería Arabia Saudí, pero parece poco probable que el "guardián de los santos lugares" del islam se meta en follones que le impliquen mancharse las manos.

Finalmente, el otro punto delicado, anque no se le ha prestado mucha atención, es Bahrein. En el antiguo emirato, la protesta tiene mucha componente de revuelta de los chiíes (la mayoría del país 70%) contra los gobernantes suníes. Teniendo en cuenta que Persia, pegaíta, pegaíta, hace siglos que se considera defensora del islam chií y que hasta los años sesenta consideraba a Bahrein una de sus provincias, puede suceder cualquier cosa.